Fuimos a desayunar.
Estaba de buen humor, cosa que a Alba le extrañaba mucho.
Y si, lo estaba, ¿por qué?
Pues porque había decidido guiarme por mis sentimientos y admitir que me gustaba Jesús.
Me iba a arriesgar a ilusionarme.
-Se me ve raro verte tan contenta- dijo Alba.
Yo casi no le preste atención porque entraron en la sala Jesús y Dani.
Su sonrisa. Sus ojos. Su sensibilidad. Su todo.
-Oye ¿me estas oyendo?-dijo Alba.
-Que si- dije- te tengo que contar una cosa, es importante-.
Se lo iba a contar.
Cuando.
Una chica monisima se acercó a Jesús, le acariciaba el pelo. Tonteaba mucho.
Y cada vez se acercaba más a el.
La rabia me recorrió todo el cuerpo.
Alba se dio cuenta y miró a donde yo miraba.
Yo bruscamente me levanté de la mesa y salí mientras Alba salía conmigo gritando mi nombre.
Al fin me agarró del brazo.
-¿Qué?- dije.
-Te gusta Jesús, eso era lo que me querías contar-.
La cara me cambio totalmente.
-¿Co...como lo sabes?- trartamudee.
Ella soltó una carcajada.
-Se nota-.
Yo me empecé a reír tímidamente.
-Ósea que te gusta, te gusta, te gusta, es,es genial- empezó a gritar.
Y yo me empecé a reír ante su reacción.
Hasta qué apareció.
Jesús.
-Chicas, os estábamos buscando ¿dónde...?- no le dio tiempo a acabar la frase.
Salí de allí enfadada.
Sólo pude oír un "¿que le pasa?"
"Nada sólo que me gustas y tu estas con otra chica nada importante" pensé irónicamente.
Jugamos a varios juegos entre ellos béisbol, voleyball, baloncesto, vamos lo que son los deportes.
En todo el día Jesús se había intentado acercar a mi, pero yo le evitaba.
Hasta qué llegó la noche.
Todo el mundo estaba dormido y yo decidí ir a la piscina.
Me tumbé en el césped.
Necesitaba estar sola.
Había estado hablando de todo este tema con Alba y sus conclusiones eran que a mi siempre me había gustado Jesús lo que pasa que no me di cuenta.
Y pensando en detalles y momentos que habíamos estado juntos me he dado cuenta de que es verdad.
Jesús siempre me ha gustado.
Suspire.
Que difícil es esto.
-Así que estas aquí- oí detrás de mi.
Me giré era Jesús.
Me levanté dispuesta a irme pero me agarró del brazo.
-Por favor quédate- dijo.
Suspire y me senté en la hierba.
-¿Qué pasa? ¿Por qué me evitas?-.
Yo miraba a la piscina.
-No se es que creía que estabas muy ocupado con tu 'amiguita'-.
-¿Qué?- dijo confuso.
-Vamos, Jesús que te crees ¿que soy tonta? Te he visto con esa chica de esta mañana- dije.
Y sin darme cuenta se me habían llenado los ojos de lágrimas.
El me miró sorprendido.
-Es una de las chicas que me persiguen- dijo.
-¡Pero si te iba a besar!- dije.
-Si pero yo me retire, te fuistes y no lo vistes-.
No puede estar hablando enserio.
Ya me ha descubierto. ¿Ahora que me invento yo?
-Ah bueno igualmente me lo tendrías que haber contado, exijo un perdón, porque no me cuentas las cosas-.
Se le escapó una carcajada.
Nos quedamos mirándonos sin hablar. Pero el silencio lo decía todo.
El se acercó a mi.
Cuando estaba muy cerca.
Puse mi mano en su boca para apartarle.
-Pero yo creía que te, te gustaba- tartamudeo.
-Yo no he dicho lo contrario- dije con una sonrisa.
Entonces el se relajó.
-Pero te he dicho que me debes un perdón- dije cruzándole de brazos- y entonces vendrá el beso que tanto estamos deseando los dos.
Se sorprendió. Pero me sonrió.
-Vale, vale, perdóname ya ni se porque- dijo levantando los brazos.
Yo asentí con la cabeza.
Y me beso.
Nunca jamás había deseado tanto algo como ese beso.
Nos separamos y sonreímos.
-En cuanto a esto yo quería decirte que...-
No pudo acabar la frase, porque oímos pasos alguien venía y a estas horas solo podía ser un monitor.
Si nos descubría la fastidiaríamos.
-Como nos vea nos van a expulsar- susurré.
Jesús me tiro del brazo hasta el borde de la piscina.
-¿Estas loco?- dije.
-Si, por ti-
Iba a sonreir pero Jesús me tiro al agua.
Nos hundimos hasta que el monitor se fue.
Al salir nos miramos con la ropa empapada y empezamos a reírnos.
Y esa noche en la cama me dormí sonriendo.